¿Podrías vivir sin usar efectivo durante una semana, un mes, o un año? Abhishant Pant, un empleado de Visa a quien los noticieros locales han llamado “The Cashless Man of India”, se desafió a sí mismo a probar que sí es posible vivir sin usar efectivo en el lugar donde él reside en la India. Aquí nos cuenta su experiencia después de pasar 200 días sin usar efectivo.
Por Abhishant Pant, Director, Productos Prepagados y Nuevos Canales, Visa, India y Sur de Asia.
Cuando compartí con ellos mi idea de hacer un experimento en el cual yo dejaría de usar efectivo y utilizaría solamente medios de pago digitales, mis colegas de Visa me dijeron que prescindir del uso del efectivo en la India sería sencillamente imposible, y que no podría arreglármelas sin él durante más de dos semanas.
Partí de la pregunta fundamental: “Como firme creyente en la digitalización del efectivo, ¿solamente estoy propagando esa teoría, o realmente entiendo lo que eso significa del lado del consumidor?” Ahí comenzó mi trayecto para entender, por mi propia experiencia, lo que significa prescindir del efectivo. Muchas veces los retos parecieron imposibles de superar, pero entonces... ¿qué sentido tiene emprender algo nuevo si no implica un reto para ti?
La primera etapa de mi trayecto comenzó en Singapur, adonde viajé sin llevar un dolo dólar singapurense y donde subsistí sin recurrir a la manifestación física del dinero durante cinco días. Lo pagué todo con una tarjeta, y no fue fácil. Cada vez que me montaba en un taxi o entraba a un restaurante, tenía que preguntar si aceptaban tarjetas. Cuando completé con éxito esta fase, un amigo me hizo la siguiente pregunta: “Singapur”, me dijo, “es una ciudad nación. ¿Crees que podrías vivir en la India sin usar efectivo durante un mes?”
Y así fue que el 13 de marzo comenzaron en Bombay mis 200 días de vida sin efectivo. La aventura implicó:
- Pagar digitalmente en todos los medios de transporte, incluidos los autos (Jugnoo, OLA, ONGO), taxis (UBER/OLA/Taxi for Sure), Mumbai Local (boleto no reservado), NMMT Bus, Hirkani Bus (Pune a Bombay) y Kaali Peeli (taxis negros y amarillos de servicio regular).
- Localizar una barbería donde aceptaran pagos digitales.
- Lidiar con servicios deficientes, incluyendo tener que caminar ocho kilómetros para regresar a la oficina cuando me cortaron el servicio en mi teléfono móvil.
- Convencer a toda la familia de mi empleada doméstica de que sin lugar a ninguna duda yo le pagaría su salario, solo que el dinero se lo depositaría directamente en su cuenta bancaria en lugar de entregárselo personalmente en efectivo.
- Pagar anticipadamente mi servicio de lavandería, la entrega a domicilio de mis vegetales y a los que me traían el periódico para probarles que la cosa iba en serio.
- Sostener largas conversaciones en las tiendas del barrio de Kirana (pequeñas tiendas de comestibles operadas por familias) acerca de los beneficios y desafíos de prescindir del efectivo.
En términos generales la “economía de apps” creada por ágiles startups que proporcionaron gran soporte y se ocuparon de mis transacciones financieras fue lo que hizo posible todo este proceso.
A continuación algunas de las lecciones clave que aprendí en este proceso de vivir sin usar efectivo:
- El sector de transporte será el impulsor ancla para prescindir del uso del efectivo. Al menos en las grandes ciudades los autobuses, taxis, trenes y automóviles son de bajo costo pero de alta frecuencia y alto impacto. Quien gane esa partida ganará la mayor participación en la mente y en la billetera del consumidor. En ciudades como Bombay, donde quienes transitan diariamente utilizan varios tipos de medios de transporte para llegar a su centro de trabajo, el sector de transporte es la solución que más impacto tiene para ellos.
- Es posible convertir y digitalizar los servicios con un mínimo de esfuerzo. Yo utilicé un total de 18 servicios que variaron desde entrega de víveres a domicilio a ayuda con los quehaceres domésticos, con el soporte de startups hiperlocales, de modo que lograr que me llevaran los alimentos a mi casa no fue un gran reto.
- Necesitamos una solución para quienes no poseen un Smartphone. En la India se ha superado la cifra de mil millones de teléfonos móviles, pero casi un 80 por ciento de ellos no son teléfonos inteligentes. Está claro que se necesitan soluciones para teléfonos impulsadas por funciones y de bajo costo para que la India, o cualquier otro país del mundo, evolucione hacia una revolución “móvil primero” en la inclusión financiera y coseche sus beneficios.
- Necesitamos soluciones adaptadas en los idiomas regionales. Mi empleada doméstica es maharashtriana. El propietario de la tienda donde compro mis víveres es gujarati. El que me trae el periódico es de UP. Todos ellos necesitan una solución que funcione en su idioma regional, y la ausencia de esa solución actúa como un gran obstáculo en el camino hacia la adopción.
- Necesitamos llevarlos un poco de la mano. Tanto Bharat (es decir, la India rural) como la India menos tecnológicamente diestra necesitan que las llevemos de la mano al dar cada paso para poder avanzar de principiantes a expertos en el dominio. Mi empleada doméstica nunca había estado delante de un cajero automático en toda su vida, por lo que yo tuve que acompañarla y enseñarle cómo operar la máquina.
- Necesitamos un crecimiento sostenible en las soluciones de billetera. Los proveedores de billeteras móviles actuales que cuentan con abundancia de fondos de capital emprendedor han ayudado a un mayor número de indios a adoptar una nueva manera de realizar las transacciones. También han obligado a los bancos a innovar y a desarrollar sus propias billeteras, poniendo la experiencia y la conveniencia del consumidor en el centro de todo lo que hacen.
- Los comercios minoristas de Kirana y los pequeños negocios en general necesitan incentivos para incorporarse. Esta es una categoría difícil de penetrar. Tienen múltiples dudas y preguntas que resolver antes de emprender ese trayecto:
a. ¿Aumentará el tráfico de clientes en la tienda?
b. ¿Aumentará el consumo por parte de un mismo consumidor?
c. ¿Cuáles son las implicaciones en cuanto a los impuestos, y son los beneficios mencionados anteriormente lo suficientemente convincentes como para que al comercio no le importe el costo en términos de impuestos?
- Los vendedores ambulantes también necesitan incentivos. Ninguna de las opciones de efectivo digital disponibles actualmente tiene un costo lo suficientemente bajo (costo de la transacción + costo de un dispositivo) como para funcionar en este segmento.
- Cualquiera puede prescindir del efectivo en un 95 por ciento. Yo pude pagar sin usar efectivo todas las transacciones en establecimientos minoristas, exceptuados los vendedores ambulantes, así que sí es posible prescindir mayormente del uso del efectivo la mayor parte del tiempo.
Según el informe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) titulado “Beyond Cash: Why India Loves Cash and Why that Matters for Financial Inclusion", un abrumador 97 por ciento de las transacciones de comercio minorista en la India se realiza en efectivo. ¿Qué sucedería, entonces, si esas transacciones se convirtieran de transacciones en efectivo a transacciones sin efectivo? Digitalizar los pagos y movernos hacia una sociedad en la que se utilice menos el efectivo aportará beneficios para la economía, que incluyen reducir la prominente economía “subterránea” o clandestina, contribuir al crecimiento del producto interno bruto y a crear nuevos empleos, y reducir el costo que implica acuñar el papel moneda, por ejemplo.
Esta es claramente una oportunidad de esas que solo se dan una vez en la vida para colocar a un número significativo
de personas bajo el paraguas de la inclusión financiera en forma sostenible y rentable. El gobierno de la India ya se está moviendo para generar un impacto positivo en la aceptación de los pagos electrónicos tanto a nivel de consumidor como a nivel de comercio, según mencionan informes recientes sobre este tema. No obstante, no todo lo que asociamos con un ambiente donde no se use efectivo es perfecto. Las interrupciones en el servicio podrían causar graves problemas, y se cree que a medida que nos movamos hacia una sociedad que use menos efectivo y en un futuro prescinda totalmente de él, el sistema evolucionará de manera tal que podremos contar con planes robustos para proporcionar continuidad de negocio y atención a las quejas de los consumidores, a fin de asegurar que los beneficios superen los fallos del sistema.
Por último, la mayor garantía de una sociedad que no use efectivo es la confianza en una alternativa que siempreserá aceptada, en cualquier lugar donde uno vaya. Prescindir del efectivo conduce a mayores beneficios para el excluido que para el incluido, de modo que, cuando prescindes del efectivo, el impacto afecta muchas vidas de muchas más formas de las que imaginas. Para mí, el trayecto continúa...
Abhishant Pant trabaja en Bombay y los hallazgos mencionados anteriormente se basan en su experiencia personal al prescindir del uso del efectivo. Para más detalles acerca de su proceso, síguelo en LinkedIn, donde escribe en el dominio público como “Founder: Cashless Journey.”